El centro de Bucarest es una verdadera caja de recuerdos arquitectónicos y una buena opción para hacerse una idea de lo magnífica que fue la ciudad a lo largo de toda la historia del país. En el siglo XIX, por ejemplo, con la ciudad consolidada como la capital del país se construyó una serie de palacios, edificios, teatros y otros espacios siguiendo el estilo Art Nouveau imperante en París y que sobrevivieron a las muchas de las penurias y desavenencias que experimentaron los rumanos desde entonces. Así es como de aquellos años aún perduran el Teatro Casa de la Opera, el Palacio del Círculo Militar Nacional o las dos enormes moles neoclásicas que se encuentran en la ajetreada Avenida Regina Elisabeta. Y el Bar Caru Cu´Bere, uno de los más famosos y visitados de la ciudad bien podría estar inlcuido dentro de aquella lista.