20 Feb
20Feb

Es sabido que Bruselas es la Grand Place, el Mannekin Pis, los chocolates de excelente calidad y, también, un rincón de Europa donde el mundo de la caricatura y el arte gráfico se exhiben en cada esquina. Luego de la Segunda Guerra Mundial la ciudad es una de las que más creció en el viejo continente, y su designación como sede oficial de la Comunidad Europea la volvieron no solo una ciudad cosmopolita sino, además, un verdadero espacio en el cual las artes alcanzaron un gran desarrollo. 

Por ello es que muchos de los viajeros y turistas que la visitan cada año (es una de las más concurridas del mapa europeo) al llegar se encuentran con una ciudad encantadora, con una arquitectura de ensueño, fastuosas galerías (magasines en fráncés), edificios modernos (como el Atomium emblema de la CE) y también con una serie de personajes que resultan más que conocidos y que, en la gran mayoría de los casos, pocos saben que fueron imaginados por artistas belgas ya que el hecho de haberse publicitado en lengua francesa, posibilitó que se los creyera provenientes de Francia, aunque no fuera así. En este artículo les comparto algunas de las muestras del Cómic-Art que pueden encontrarse cuando realicen una visita a Bruselas y de cómo, inevitablemente, se transformaron en un verdadero estilo e identidad de la ciudad.

En el barrio donde se encuentra la tradicional escultura del Mannekin Pis la medianera de un edificio exhube una reproducción del cómic Tin-Tin, un intépido joven reportero que recorre el mundo junto a su perro Milou y con quien descubre las maravillas y los misterios más fascinantes de la humanidad. El cómic creado por Hergé se publicó desde 1930 hasta 1976 y a través de 24 entregas coleccionables (las cuales fueron traducidas a más de 20 idiomas) se mostró al personaje atravesando espacios exóticos o recargados de historia como las Pirámides de Egipto, el Tíbet, El Dorado americano, la India, Sidney y hasta un viaje imaginario a la luna. Con el correr del tiempo Tin-Tin se transformó en un verdadero ícono de la vida cultural belga y hoy se lo puede ver reproducido en todo tipo de objetos (tazas, remeras, llaveros, mochilas, cuadernos) y es, sin dudas, el souvenir elegido por los turistas para atesorar su paso por Bruselas.

Numerosas librerías y jugueterías de la ciudad exciben los personajes de la saga en las vidrieras para invitar al público a que ingrese y, luego de realizar alguna compra de libros o películas, se puedan tomar una fotografía con el famoso reportero y su inseparable mascota.

El éxito y el reconocimiento de Hergé como hombre de honor de la cultura belga hizo que muchas de sus obras se hayan reproducido en diferentes espacios de la ciudad. Esta imagen reproduce una gigantografía que se exhibe en la Estación de trenes de Bruxelles Midi y a la que miles de viajeros por día pueden disfrutar mientras aguardan su tren.

El segundo caso emblemático del cómic-art belga es la dupla Asterix-Obelix creados por el guionista René Gosciny y el dibujante Albert Uderzo. El simpático personaje galo que vive en una aldea aún no invadida por el Imperio Romano, apareció en la vida pública en 1959 y desde entonces se publicaron cerca de 40 números (donde al igual que Tin-Tin el galo recorre buena parte de Europa, América y hasta tiene un encuentro con los Vikingos). Traducido a más de 100 idiomas -incluídos varios dialectos- luego fue llevado llevado al cine (en dibujo animado y en películas representadas) videojuegos y se transformó en un verdadero fenómenos pop al difundirse en toda clase de objetos alcanzando un carácter de iconicidad pocas veces visto en el arte moderno francés.

Si bien muchos conocen que tanto Tin-Tin como Asterix fueron producidos por dos mentes belgas, la mayor sorpresa del viajero se produce cuando, al recorrer la zona cercana a la Estación Bruxelles-Central se encuentra con una escultura del artista australiano Steve Collis que representa a un Pitufo sonriendo sentado arriba de un hongo. Y lo cierto es que la sorpresa surge porque muchos - entre quienes me incluyo- pensaron que el famoso Peyo que firmaba los dibujos era norteamericano cuando, en realidad, era de origen belga.  La serie de los pequeños duendes azules que atravesaron fronteras, lenguas y religiones apareció por primera vez en 1958 bajo el nombre en francés de Les Schtroumpfs y se hizo a través de revistas mensuales que alcanzaron una publicación de cerca de 4000 números. Entre 1981 y 1989 Hanna Barbera los llevó a la televisión otorgándoles la fama mundial que luego alcanzaron. En poco tiempo se transformaron en un ícono pop y cultural de Occidente siendo llevados al cine hasta en modernas versiones de 3D y 4D.

Siguiendo la línea del Cómic-Art, la cadena de Papas fritas Mr. Pommes Frites (una de  más reconocidas de Bruselas que compite palmo a palmo con McDonald´s o Burger King, eligió el estilo cómic para idear su emblemático personaje el cual se exhibe en muchos de los locales distribuidos entre los destinos más concurridos de la ciudad.

Cajas de bombones y chocolates de las más selectas marcas encontraron en el modo caricaturesco una excelente opción para ilustrar packagings, envoltorios o latas coleccionables, verdaderos objetos de arte. 

Los almohadones de gobelino bordados con figuras caricaturescas son otros de los recuerdos más buscados por los turistas. En su mayoría portan imágenes de flores pero también de gatos, perros, zorros o conejos, caricaturizados como miembros de la nobleza y con ropajes de diferentes momentos de la historia. 

Si planean una visita a Bruselas no dejen de estar atentos a los diferentes espacios que vayan recorriendo en su estadía ya que no estas muestras no están exhibidas en ningún museo y sólo requieren de un viajero curioso dispuesto a descubrirlas. En una calle, una vidriera, una librería, una juguetería o un kiosco de revistas se las podrán encontrar.  Y créanme que cuando las encuentren asistirán a un momento inolvidable.

Para saber más:

Tin-Tin Oficial

Asterix Oficial

Los Pitufos Oficial

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