Son las 9 de la mañana de un frío invierno parisino. La fuente Stravinsky frente al coloso de coloridos caños expuestos apenas alberga los primeros turistas que llegan hasta allí para iniciar la fila de ingreso a la mega muestra de Salvador Dalí. Dicen que la exposición es una de las más importantes de los últimos tiempos y quizás esa sea la razón por la cual, tres horas antes de la apertura del museo, los primeros asistentes comienzan a llegar, café en mano y excesivamente abrigados para paliar las inclemencias del viento matinal que sopla desde el Sena.
Los curadores de la muestra no podrían haber encontrado mejor lugar que ese para exhibirla. El Pompidou cuenta con una de las infraestructuras museísticas mas importantes de Europa y, año tras año, recibe cerca de 7.000.000 de turistas que llegan hasta sus puertas para disfrutar de la colección de arte contemporáneo más completa del mundo (Solo comparables a las del Moma de Nueva York o la Tate Modern de Londres).
Y lo cierto es que ese rito se cumple de manera inexorable desde hace 40 años y ni siquiera los vaivenes políticos o económicos de la vida francesa lograron que las visitas decayeran puesto que, desde apenas inaugurado a fines de los años setenta, se transformó en uno de los lugares al que todo amante del arte quisiera visitar al menos una vez en la vida.
CUARENTA AÑOS DE UN JOVEN IRREVERENTE
Cuando la década del setenta comenzaba, en París, aun humeaban los últimos leños del Mayo Francés. Por entonces el actual presidente Georges Pompidou sintió la necesidad de dar una vuelta de página a los hechos con los que se había puesto fin a la década del sesenta y abrió el juego para construir un museo de arte moderno que fuera uno de los más importantes de la ciudad.
La idea era no sólo construir un gran museo en uno de los barrios más exclusivos sino un edificio que cumpliera la función de piedra fundacional y modelo para las construcciones venideras (que luego desembocarían en el ultramoderno complejo de La Defense).El concurso tuvo ciento de participantes pero la mayoría de ellos ofrecía ideas un tanto conservadoras y que no se adecuaban en nada a lo que Pompidou buscaba. A París le sobraban edificios clásicos decimonónicos y la idea era llevar a cabo una obra arquitectónica que reflejara el espíritu de la ciudad pero con una visión de cara al futuro.
Así es como finalmente ganó el proyecto llevado a cabo por Renzo Piano y Richard Rogers, dos jóvenes arquitectos que plasmaron en la obra sus ideales vanguardistas y que tuvieron la irreverencia de presentar una idea que a simple vista parecía imposible de hacer y mucho menos de resultar vencedora del importante concurso.
De esa forma se dió inicio a una de las obras arquitectónicas modernas más interesantes de los últimos tiempos y que dejó en claro una nueva forma de entender la funcionalidad de los grandes espacios. El proyecto de Piano y Rogers, a diferencia de lo que había diseñado el resto, presentaba una cualidad que pocos habían experimentado y que resultó de vital importancia a la hora de entregarles el premio: con el propósito de ganar espacio en las salas interiores había que ubicar todas las escaleras, ascensores, cañerías, tubos de aire y demás instalaciones interiores por fuera del edificio.
Esta cualidad le otorgaba al edificio no sólo una gran funcionalidad sino también una estética muy particular que lo vuelven una obra más dentro del vasto catálogo de piezas que alberga en su interior.Pero mejor que decir es ver. Así que los invito a recorrer el museo a través de este fotorreportaje que los llevará por cada uno de sus rincones y les permitirá descubrir algunas de las obras que podrán ver en su próxima visita a París.
Cuadro peludo de Mondrian
Picasso
Kandinski
Otro Picasso
Otro Kandinsky (pero en blanco y negro)
Magritte y su surrealismo inconfundible
Obra de autor desconocido pero perturbadora
Muestras de Arte Pop europeo
Las Lyz replicadas en serigrafías de Andy Warhol
Le Mur (La pared) de André Bretón
André Breton y un cuerpo surrealista
"Fantasmas": instalación del francés Kader Attia
Esculturas geométricas
Instalación de Ernesto Neto utilizando texturas y formas
En el interior de cada una de estas cajas se encuentra un objeto de diversos sobrevivientes de campos de conccentración europeos
Esculturas realizadas con modernos materiales y formas abstractas
Living Sculpture del danés Verner Panton
Instalaciones de neón
Salas de Arte Cinético
Instalación Jardín de Invierno de Jean Dubuffet
Videoinstalación inspirada en la Mae West de Salvador Dalí
Los inicios de la fotografía tienen un espacio dentro de la colección
Fotografia de moda
Fotograma de La Danseuse coloreado bajo la técnica de Pathé Color
Centro Pompidou
Place Georges Pompidou.
Horario de visita: De miércoles a lunes: de 11:00 a 21:00 horas.
Precio : Adultos: 12 o 14€ (en función de la temporada). Personas entre 18 y 25 años: 10 o 11€. Menores de 18 años: entrada gratuita. Primer domingo del mes: entrada gratuita. Entrada gratuita con Paris Pass y Paris Museum Pass.
Transporte: Metro: Rambuteau línea 11, Hôtel de Ville líneas 1 y 11, Châtelet líneas 1, 11 y 14. RER: Châtelet - Les Halles Autobús: líneas 29, 38, 47 y 75.