25 Dec
25Dec

Una tarde nublada mientras caminaba por la costa de Alfama, me encontré con una casa que había visto antes en una de las guías. A su lado, otra fachada llena de balcones derroídos, oxidados y llenos de ropa recién tendida que chorreaba agua sobre la vereda completaba la postal.Ambas casas no eran  producto de un deja-vu (tal cual había sido mi primera impresión) sino que eran el ícono mismo del barrio de Alfama, una, la de los balcones, por que es la foto que encabeza casi todas las guías de Lisboa, y la otra, por que más allá de ser una muestra aquitectónica vanguardista y multisensorial, además de ser el sitio que alberga la fundación dedicada en su honor no es otra que la última morada del escritor portugués José Saramago, caballero de honor de las letras portuguesa y Premio Nóbel de literatura 1998.

LA CASA DOS BICOS, DE EDIFICIO HISTÓRICO A MORADA DE SARAMAGO

El nombre de Casa dos bicos obedece a los picos que sobresalen de la fachada y que le dan al edificio un aire de tridimensionalidad que no concuerda con los otros de estilo clásico, barroco e incluso afrancesados que se ven en la ciudad.En sus orígenes allá por 1523 la famosa casa funcionó como la sede de la Asociación de Comercio marítimo con la India, y en ella se llevaban a cabo todos los trámites administrativos de los productos que traían desde "las Indias" (esas a las que Colón anhelaba llegar y murió sin conocer) y, como toda construcción antigua en Lisboa, fué destrozada tras el terremoto de 1755.

En la década del 80 acogió a la sede de la Comisión Nacional para la conmemoración de descubrimientos y en ella se realizaron importantes exposiciones artísticas de los más variados personajes de la cultura portuguesa. Hoy es la sede donde la viuda de Saramago - el hombre que llevó las letras portuguesas al mundo entero - trabaja por mantener vivo el espíritu del literato y fomentar, según él lo había dispuesto, diferentes actividades culturales y fomentos varios para aquellos jóvenes que quieren incursionar en el mundo de las letras.La fundación se erigió como tal luego de su reciente muerte en el 2010. 

La idea de su viuda (dicen algunos consensuado con él) era que la fundación no acabara siendo un museo de Saramago, sino por el contrario, hacer de ella un sitio lleno de vida y proyectos con los cuales se pudiera dejar en claro el mensaje de que a través de las letras y su obra se pueden perpetuar aquellos que abandonan este mundo.Pero pese a la idea de no hacer de ella un museo, fue inevitable no ubicar en los interiores de la casa  algunas fotografías del escritor (entre las cuales la más vista es la del momento en que recibió el galardón en la Academia sueca) así como muchos de sus libros, entrevistas en video y varios de los manuscritos originales de algunas de sus obras más importantes. 

Luego de su muerte, el cuerpo de Saramago fué reducido y sus cenizas ubicadas en la entrada de la fundación, al pie de un árbol de Alinhaga, su querido pueblo natal. Algo que me llamó mucho la atención es que si bien a diario cientos de turistas pasan por allí son muy pocos los que saben que en ese mismo lugar, además de encontrarse gran parte de su legado artístico, descansan sus restos (incluso yo lo descubrí por casualidad ya que no hay ninguna placa conmemorativa ni identificatoria que lo informe)

Sobre una de las paredes de la fachada principal se encuentra la reproducción de uno de los manuscritos que produjo a lo largo de su prolífica carrera como escritor.

Esta es la fachada de la famosa casa que ilustra las tapas de las guías de Lisboa. Generalmente en ellas aparece casi siempre alguna anciana tomando sol en el balcón o colgando las ropas que se transformaron en un clásico del paisaje de Lisboa. 

Ambas casas son muy recomendables para ver y se pueden visitar en poco tiempo (el cual se puede extender si deciden entrar a la Fundación y conocer de cerca la historia de Saramago). Tanto si vienen de la Sé, o si van hacia los Museus do Azulejo o del Fado les quedará de paso y bien vale la pena detenerse. En la zona se pueden encontrar sitios muy agradables para tomar café o comer algo en los restaurantes o puestos de comida callejera.

Si tienen un poco más de tiempo (una mañana completa o una tarde) les recomiendo que bajen la velocidad y que se pierdan entre las calles del barrio que son muy pintorescas, cargadas de color y con un aire de terra portuaria muy inspiradora. Quizás en muchos de esos sitios descubran por qué el espíritu del escritor no podría haber encontrado mejor lugar para fijar allí su paso a la eternidad.

CASA DOS BICOS (FUNDACIÓN DE JOSÉ SARAMAGO)
Rúa dos Bacalhoeiros (Plaza Campo das Cebolas)
Barrio de Alfama (zona del centro histórico de Lisboa)
Web Fundación Saramago 

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