24 Oct
24Oct

No se cometería un error si se dijera que el Duomo de Milano "es" Milano. Sería imposible imaginar una visita a la ciudad sin visitarlo ni pasar siquiera por el, ya que al igual que lo que sucede con otros monumentos emblemáticos del viejo continente, se vaya a donde se vaya o cualquiera sea la dirección que se tome dentro del casco urbano, la Catedral exhibe sus agujas, sus esculturas o, si se está muy alejado de ella, su forma triangular tan característica. Sentarse un rato en la plaza que lo secunda permite hacerse una idea exhaustiva de cómo funciona la sociedad milanesa y de aquello que la enorme mole genera en los turistas y curiosos que llegan a ella por primera vez.

Pero lo cierto es que el Duomo es mucho mas que un emblema de italianidad o la fotografía obligada con la que las guías turísticas ilustran sus tapas. La fascinante historia de su construcción, su milagrosa salvación durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, su carácter como fuente de inspiración para genios del cine como Lucchino Visconti y la enorme cantidad de elementos artísticos que fueron puestos en ella a lo largo de los años, la ubican en la categoría de obra de arte imperdible y digna de descubrirla con detenimiento y atención.

En la actualidad descubrirlo no es tarea sencilla y exige que le dediquen al menos una hora de observación minuciosa para no perderse ningún detalle de los miles de objetos que la transforman en una verdadera joya arquitectónica (créanme que las 3400 estatuas, 96 gárgolas y cerca de 153 agujas lo merecen).

EL DUOMO Y SU HISTORIA

Para entender la historia del Duomo debemos situarnos en los primeros años del siglo V cuando en ese mismo espacio funcionaba la Basílica de San Ambrosio, santo patrono de la ciudad desde entonces. Casi cuatrocientos años después, a esta basílica se le anexó la de la Santa Tecla, pero lamentablemente ambas fueron destruidas en un incendio de extrañas características (y que significaba una práctica muy común por aquellos años de pujas de poder). 

Así es como en 1386 comienza la construcción del Duomo, a pedido de los Visconti (familia más poderosa de Milán que por entonces era una de las ciudades estado más importantes y con mayor desarrollo cultural y económico de Italia) y culmina finalmente en 1809, cinco siglos después, y bajo las órdenes de Napoléon.

Desde entonces el Duomo pasó a integrar el listado de catedrales antiguas más bellas y magníficas de Europa (comparable a las de Notre-Dame en París, San Vito en Praga o la de San Matías en Budapest). 

Cuando se la analiza como pieza artística sobreviene la idea de que es mucho más bella por fuera (en su fachada, las agujas y los baptisterios externos) que en su interior, donde decepciona bastante sobre todo cuando se la compara con la vista que devuelve hacia afuera a quienes pasan delante de ella a diario. Es por ello que en este artículo, he decidido mostrarles la genialidad artística que exhibe en el aspecto externo y dejarles la experiencia de los interiores alejada de prejuicios o preconceptos personales.

EL DUOMO EN IMÁGENES 

Las agujas engalanadas con personajes bíblicos y ornamentadas en estilo Gótico sobresalen de la estructura principal 

Las agujas de la fachada principal esculpidas a modo de altorrelieve custodian la entrada a la Catedral 

Escenas de la historia de la ciudad y seres mitológicos y bíblicos conviven en un marasmo escultórico sin precedentes  

Figuras de ángeles regordetes y personajes del mundo antiguo le imprimen a la entrada un estilo netamente Gótico 

Putti al estilo de Michelangelo

 Versión moderna del Perseo se ubica sobre uno de los pórticos principales 

Las creencias y dogmas desde la Fundación de Roma son expuestos en el complejo escultórico 

Ángeles custodios con un toro alado, considerado elemento pagano para el mundo cristiano 

Retrato de ángel con minucioso trabajo de ornamentación  

Elementos y escenas del Génesis conviven en cuatro grupos escultóricos ubicados sobre el Pórtico de acceso al Duomo

 Las cuatro puertas de acceso al Duomo significan una pieza aparte dentro del complejo artístico. Construidas con uno de los hierros mas macizos que se haya visto en Italia y con un trabajo escultórico digno de artistas superlativos, en las dos primeras (las más grandes y que ofician de entrada a la Catedral) se cuenta la vida y la pasión de Cristo, acompañada de personajes bíblicos y elementos religiosos.

El nacimiento de Cristo en el pesebre de Belén
La glorificación de la Virgen con su hijo en brazos

DATOS UTILES

Cómo llegar

Metro: Duomo, líneas 1 y 3.
Tranvía: Torino (Duomo), líneas 2, 3 y 14; Dogana (Duomo), línea 24.
Horarios de la Catedral: 
Todos los días de 7:00 a 19:00 horas.
Terraza panorámica:
Desde noviembre hasta febrero: de 9:00 a 16:45 horas.
Desde febrero hasta marzo: de 9:00 a 17:45 horas.
Desde abril hasta noviembre: de 9:00 a 21:45 horas.
Tesoro:
De lunes a viernes: de 9:00 a 13:00 y de 14:00 a 18:00 horas.
Sábados: de 9:00 a 13:30 y de 14:00 a 17:00 horas.
Domingos: de 13:30 a 16:00 horas.
Baptisterio: Todos los días de 9:30 a 17:30 horas.

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