20 Feb
20Feb

Apenas el visitante ingresa en la primera sala dedicada a retratos de Medio Oriente, una mano invisible desenrolla el mapa de la humanidad  y lo pone ante sus ojos para que inicie el ritual de la contemplación, ese que durante un  recorrido de más de cien fotografías sobre el maravilloso e inquietante mundo en que vivimos le dejará, al final de la visita, la idea de que la belleza solo puede existir en la aceptación de la diversidad.

La muestra se compone de una selección de imágenes que el fotógrafo estadounidense Steve McCurry tomó alrededor del mundo desde hace más de cuarenta años y aparece como la contracara de aquellos viejos catálogos antropológicos de principios del siglo XX en los que se hacían mapas de razas humanas y se sometía a esas etnias a la fría mirada científica que no era otra que la alteridad que el hombre blanco, europeo y civilizado ejercía sobre el resto de poblaciones y espacios que no formaban parte de su  espacio conocído.

Pero lo cierto es que McCurry con su sensibilidad y enorme capacidad para captar la esencia humana logra romper con esa mirada de otredad que signó al siglo XIX  y acerca a través de sus imágenes la posibilidad de comprender no sólo al mundo que nos circunda (que nada tiene que ver con la zona de confort a la que la mayoría de los occidentales estamos acostumbrados) sino también a los seres que lo habitan, tan diversos, enigmáticos y cargados de experiencias e historias que se reflejan en el brillo de sus miradas o en las expresiones de sus caras.

Cada uno de los rostros que componen la serie de retratos exhibidos en la primera sala interpelan al espectador de una manera inequívoca y logran que nadie que se ponga frente a ellos abandone la sala de la misma forma en la que ingresó (o eso que el filósofo y semiólogo francés Roland Barthes llama el "punctum" y que tiene que ver con las emociones y sensaciones que provocan las imágenes en la psiquis del espectador a partir de su propia cosmovisión y sus conocimientos)

Así es como la propuesta de Steve McCurry a través de las imágenes exhibidas se convierte más en un viaje a través de los sentidos que en una muestra fotográfica. De esa forma, los ancianos y niños de la India, los jóvenes monjes camboyanos, la geisha que atraviesa las escaleras del metro, las mujeres africanas que cuentan secretos sorteando las inclemencias del desierto, el instructor de aves de Mongolia recortado oníricamente en la inmensidad del desierto de Gobbi, el joven siciliano que pintó el viacrucis en un Fiat 600 o el fotógrafo de Kabul que sonríe a cámara evidenciando que la felicidad sólo puede residir en el "aquí y ahora" provocan emociones, sensaciones, empatía y promueven el pensamiento crítico a la vez que una profunda reflexión sobre quienes somos y cómo nos relacionamos con los otros, esos que por estar a miles de kilómetros de nuestra realidad nos exponen otras que, por ignorancia o por omisión, se desconocen.

Aquí les comparto algunas de las imágenes que componen la muestra:

Los retratos de McCurry a la vez que imagenes realistas son verdaderos disparadores para pensar un mundo que no sólo es diverso y complejo sinó también para entender algunas de las diferencias que lo habitan  y los determinan.

Los niños y los ancianos, dos de los sujetos con los que el fotógrafo logra contar sus mejores relatos. Los dos polos opuestos en la vida del hombre aparecen como la clave para exponer cuestiones como la tradición, el conocimiento, la educación, la transmisión de valores y el estado más puro del ser humano en el que parecen estar esos seres al inicio y al final de sus vidas. 

El elemento antropológico que aparece en muchas de sus imágenes acercan  un mundo de creencias e ideas que hablan de la necesidad del hombre en delimitar una cosmovisión que le permita una mejor convivencia con el tiempo y el espacio en el que le tocó en suerte transcurrir sus días. 

LA VENUS DE MC CURRY (O DE CÓMO DEL HORROR PUEDE EMERGER LA BELLEZA)

Toda la obra de McCurry queda perfectamente contenida bajo el mote de "Icons" que da nombre a la muestra pero lo cierto es que, una de ellas, en particular, parece merecerlo más que el resto. Se trata de la imagen de Sharbat Gula la joven afgana que en 1984 fotografió de manera sorpresiva en Afganistán cuando los talibanes invadieron la zona y que se convirtió en una de las portadas más emblemáticas de la Revista National Geographic. Diecisiete años después, McCurry volvió al campo de refugiados de Peshawar en Pakistán - donde la había fotografiado - e inició una búsqueda que quedó registrada en el documental "En busca de la muchacha afgana"

Después de una exhaustiva investigación que tuvo incluso al FBI como colaborador, Mc Curry pudo comprobar que aquella mujer que encontró en Pakistán, ya casada y madre de cuatro hijos, era la misma que aquella niña que en medio del terror y la desazón se paralizó frente a su cámara y se transformó en uno de los íconos más reconocidos de ese misterio llamado Oriente. 

En la muestra, la joven afgana reposa sobre una pared oscura y tenuemente iluminada. La sencillez de sus vestidos y la potencia de su mirada vuelven a la joven refugiada una verdadera venus como si se tratara de una ninfa de Boticelli o de la Gioconda de Da Vinci. El público se agolpa frente a ella y ,de a ratos, parece imposible tomar una imagen. Todos quieren inmortalizarse junto a Sharbat Gula, quien dejó de ser una niña refugiada de fin de siglo para transformarse en uno de los mayores íconos massmedia de los últimos cincuenta años. 

UN MC CURRY PARA CADA ESPECTADOR

Cuando ya había concluido el recorrido completo de la muestra me quedé un buen rato observando las reacciones del público que allí estaba. Pasadas unos minutos decidí rever algunas de las imágenes que más me habían impresionado y allí me asaltó un pensamiento: si me dieran la posibilidad de llevarme a casa sólo una de todas las imágenes de la muestra ¿cuál elegiría? Y la respuesta claramente no fue fácil pero intenté conectar con lo más genuino que me había provocado esa centena de fotos e identificar una que me haya propuesto un "viaje" a partir de su composición. Y así fue como casi sin pensarlo, me dejé llevar y me encontré parado nuevamente frente a una de las que no sólo más me conmovió sino que se me supuso como un verdadero espejo y síntesis de todo aquello que acababa de observar: 

La imagen remite a un fotógrafo nómade afgano que McCurry pudo captar con su intrépida cámara cuando a fines del siglo XX recorria el medio oriente profundo. El hombre, que comparte el oficio con McCurry, no sólo posa frente a su lente de un modo conmovedor sino que exhibe la antiquísima y desvencijada cámara con la que fotografía los hombres y lugares por los que va pasando. Detrás suyo, la imagen de dos hombres fotografiados por él testimonian su rol de retratista de su sociedad y cronista accidental. Ambos, él y Mc Curry puestos bajo la relación binaria de fotografó-fotografiado se transforman en la cara y contracara de esa ineludible necesidad humana de retratar el mundo y reducirlo a imagen para poder aprehenderlo.

Les propongo que al final de la muestra piensen unos minutos en qué foto elegirían para llevarse a casa y reflexionen sobre ella. Repasen qué les sugirió, que les propuso, que emociones sintieron o sobre qué cuestiones los hizo pensar. Créanme que cuando analicen lo sucedido con esa imagen habrán entendido al genio de Steve Mc Curry y de cómo la fotografía permite a los seres humanos no sólo comprender mejor el mundo en el que viven sino tambien para descubrir que la belleza sólo puede residir en la aceptación de la diversidad.  

Por último, si van a asistir a la experiencia Steve McCurry en la Rural, les recomiendo que lleven un teléfono móvil y auriculares ya que varias de las imágenes están acompañadas de un código QR a través del cual se accede a un audio en el que McCurry relata información sobre el proceso de toma de las fotografías y algunas anécdotas sobre los vínculos que creó con sus retratados. 

Más información

Steve McCurry Icons en la Rural

Steve McCurry

Steve Mc Curry Icons Buenos Aires 

Sociedad Rural Argentina

Av. Santa Fe 4363, Buenos Aires

Del 15/02 al 02/04/2023

Martes a viernes de 14:00 a 21:00 hs

Sábados, domingos y feriados de 12:00 a 21:00 hs

Lunes cerradao, excepto feriados

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